sábado, 19 de septiembre de 2009

No rapsodia no bohemia

Mamá, maté a mi muela; todo fue muy lento, pero no pude reaccionar. No puedo volver sobre mis pasos, no sirve mirar hacia atrás. Nada se puede hacer, nadar contra la corriente es el precio a pagar por mis errores. No te veré llorar, yo sé que nadie llorará; ellos no lo entenderán, dirán que sólo es algo más, sólo una piedra sobre el césped del camino.

Perdóname, mamá. ¡No podré cumplir tantas promesas! Todo recién empezaba, pero ya nada será igual, las cosas han cambiado y así se quedarán. Sé que querías un genio, sólo un hombre de bien para este mundo de maldad, pero yo, mamá, no sé si podré resistir, no sé si podré perdonar, no sé si aprendí la lección. Mi muela no volverá si hago la guerra o vivo en paz. No volverá.

Tenías razón, mamá. ¡Tanto pensar en mi venganza! ¡Tanto engendrar revolución, jugar a la felicidad! ¡Los sueños no me dieron ni un centavo! Quizás mi crimen fue creer que había algo más allá de nuestras manos. Mi condena será vivir con estas malditas ganas de vivir que se aferran a mis pasos. Mañana me despertarás con otro beso acogedor, más allá de la ventana, la lluvia se anunciará y mi muela se perderá entre aguas turbias. Sé que a ti no te importará, pero no me perdonaré hasta convertirme en polvo, cuando no existan verdades, nada más que lamentar, cuando nada realmente importe.

2 comentarios:

Capitan Gordon dijo...

sería algo así como el fin de la Infancia?

Gerardo Mallea Vargas dijo...

Algo así... en realidad, mi motivo era la nostalgia.