viernes, 19 de junio de 2009

Cualquier Carta de Junio

Aquí me tienes otra vez, fuera del anonimato de la ficción una vez más, reflexionando otra vez, declarándome otra vez, nuevamente solo.

Cualquier carta anónima e informal de Junio.

Nuestra despedida fue como una estocada en lo profundo de tu pecho. No fue lindo verte caer, fue una imagen horrible e indeseable, mezclada con mis sentimientos más sinceros, tal vez algo de odio hacia mí, a ti y a la situación, y un poco de pavor, sabiendo que lo que está por venir no es fácil. Te juro que hasta esa tarde, cada momento contigo fue hermoso. Te juro que esa tarde quise enterrarme y no volver a estar en ninguna parte. Espero que no nos separemos nunca más, pero esto tiene que ser así. Mi destino me está buscando y en este momento me siento salpicado por muchísima mierda. Saber que fue mi decisión sólo hace las cosas más difíciles.

Tú caíste esta vez. Tú has desaparecido esta vez, pero yo, yo sigo conmigo mismo y estoy entero. Tengo que correr, tengo que gritar, y hacer tantas cosas que no pude hacer cuando estuve a tiempo. Aunque te parezca irónico, me siento muy libre desde aquel maldito día, tengo en mente hacer muchas cosas, y me he librado de ese miedo al fracaso del que tanto te hablé. Ahora que no estás, realmente siento que no corro ningún riesgo cuando me lanzo a la tómbola del azar. Soy libre, no estoy arrepentido, tal vez sólo un poco más loco. Pero, Constanza, nunca creas que te he dejado atrás, porque mis oídos siempre estarán dispuestos a oírte, mis ojos siempre se sentirán felices de verte y la puerta de mi casa seguirá abierta para ti. Jamás dudes de mí, porque, al menos a tu lado, soy verdadero.

Te deseo buena suerte, y espero que, si quieres olvidar, lo hagas. También deseo que las cosas vuelvan a salirme bien. Ahora tengo mucho qué pensar y hacer; aún tenemos 15 ¿te acuerdas? …Ya vendrá otra mujer…