miércoles, 17 de agosto de 2011

Les gustaría...

A: ¿Y? ¿Revisaste el contrato nuevo?
B: Sí, señor, parece estar todo en orden esta vez.
A: ¿Seguro?
B: Mmm… sí… tal como pidió la última vez, usted podrá diseñar las cubiertas y portadas de sus libros a todo color… y recibe el 90% del dinero por concepto de ventas y promoción…
A: …Aunque igual ese 90 se podría convertir en un 92,5…
C: Oh, por favor, Gerardo, no te pongas tan difícil… en Ediciones Patito hemos seguido todas tus exigencias… ¡Te queremos en el equipo! Ya hemos negociado durante 4 meses… te pido que hagas un esfuerzo y te unas a nuestra familia…
A: Ay, no sé… acuérdate que me han estado llamando desde Buenos Aires y Barcelona…
C: ¡Por favor! ¡Te ofrecen 10 millones menos! Además, recuerda que nosotros trabajamos con las escritoras más lindas e impresionables del medio local…
A: Ehh, sí… parece razonable… ¡Aunque no sé si me queda tiempo para más mujeres!
B y C: ¡Jajajajajajajaja!
B: ¡Es usted muy gracioso, señor Mallea!
C: Ay, Gerardo… ¡Eres letal! ¡Un día de estos, nos vas a matar de la risa a todos!

A: ¿Y qué hay de los Ferrari que me prometieron la última vez, Duncan?
B: Están estipulados… uno rojo y uno negro, señor.
C: El amarillo no estaba disponible… pero nos comprometemos a tenerlo en un plazo de dos meses…
A: Tú sabes que no me gusta la impuntualidad…
C: ¡Pero la cabaña en Plymouth está lista!
A: No sé, leí sobre otra ciudad que parecía mejor… Kendal creo que se llamaba… pero, bueno…
C: Eso se puede conversar en el futuro... lo importante es que ahora firmes el contrato. Está todo listo.
A: Mmmm… ¿Qué me dices, Duncan?
B: Llegó el momento de firmar, señor, y de pagar mis jugosos 4 meses revisando todos esos contratos de mierda…
A: Bien, entonces firmo aquí… y aquí… listo… y me voy, estoy llegando tarde a mi cita con la presidenta de Noruega…
B: Nos vamos entonces, la limosina nos está esperando. Adiós.
C: Adiós, Gerardo, muchas gracias por todo. Adiós, Duncan.
A: Chao, pescao.

C: Aló, ¿Don Heriberto? ¡Lo conseguí! ¡Hemos dado el golpe!
D: Excelente, camarada. ¡Has salvado a la Editorial!

FIN

martes, 16 de agosto de 2011

Cuático

Soy hombre muerto. Ahí viene. Cagué.

Para qué levantarse del asiento, estoy condenado. Es que nunca puedo tomar el control de mí mismo… quizás debería tomarme las pastillas que encontré el otro día… si no, nadie se las va a tomar y sería un desperdicio, no sé… Para qué fingir que estoy ocupado, si de todos modos va a venir… para qué mirarla, si se va a cruzar delante de mis ojos súbitamente y sin remedio, porque nada malo puede pasarle, porque no tiene culpa de nada, porque lo hizo todo bien. Para qué huir, si es inútil, si va a volver a pasar de todos modos. Mejor la enfrento, mejor la espero con firmeza y asumo la gravedad del presente inexorable… Prefiero ponerme rojo una vez que naranjo treinta veces. No va a ser más de un minuto… y luego tal vez seré libre, o no. No. ¿Y qué? ¿Acaso tengo alguna alternativa? ¡Mierda!

-¡Hola!
-Buenas, ¿Cómo estás?
-¡Súper bien! ¿Y tú? ¡Tanto tiempo!
-Bien…
-¡Oye! Estoy apurada, pero tenemos que vernos un día de estos… ¡Tengo un montón de cosas que contarte!
-¿Ah, sí? ¿En serio? Sí… yo también… bueno, por ahí hablamos con más tiempo… que estés bien…
-¡Chao! ¡Cuídate mucho, te quiero!
-Hasta la próxima… yo igual, nos vemos…

Ya se va. Mierda. Estuvo cerca. Un día de estos, lo dejo todo botado y, qué sé yo… me voy a México… ¡Bravo! Me parece un buen plan… sí, me voy a México...