domingo, 25 de diciembre de 2011

Canción de mañana y nunca

Este verano; otro frío invierno
‘Quizás debiéramos volver a vernos’
tácito olvido, agria aspereza
‘Tú dime hora, lugar y fecha’
Ahí estaré

y si te tienta la indiferencia
sabré qué hacer

Se acerca el tiempo de las miradas
‘Tanto tiempo, se te extrañaba’
y las palabras, y el desengaño
‘Por aquí llueve casi todo el año’
Ya se acabó

tal vez distancia, motivos varios
¿O fue el reloj?

Cuántos recuerdos de cada lado
Cuántas historias no hemos contado
‘Cambian las cosas, ya no es lo mismo’
vidas distintas hemos vivido
‘No podrá ser’

Ya no hay camino
que me conduzca hasta tu piel

‘Se me ha hecho tarde, me voy a casa’
te veré nunca, o quizás mañana
‘Hasta la vista, fue bueno verte’
no me arrepiento de este accidente
‘Va a lloviznar’

entre la gente
las gotas caen una vez más.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Ratón

Yo nunca me muevo. Encierro mi gris cuerpo en mi pequeña y gris caverna y no corro a aventurar; espero. Espero la condena, espero el gris fracaso que dé muerte a mi carrera, que dé muerte a mis sospechas, que dé muerte a toda espera.

Yo nunca muero. Mueren las circunstancias, se muere de a poco el cuerpo, tu belleza con el tiempo. Todo se pudre por aquí; no, no me muevo ¡Jamás! Soy un cobarde y no aventuro en valles encantados, temeroso del futuro soy bastardo de bastardos. ¡Hasta cuándo!

Aún espero tu visita. Pocas cosas han cambiado.

Desde las profundidades que me alojan y me acechan, turbias, densas, duras y estrechas, me escondo en esta niebla que acaricia la infinita condena de no tenerte, no buscarte; ser parte del reparto que da vida a otras escenas, lejos, afuera.

En mi espejo vi un ratón y volteé para encontrarlo, pero sólo encontré piedras, vil maleza, sucios trapos. Alrededor. Fríos. Unánimes. Pero sigue apareciendo el ratón en el espejo, y huele a ratón en mi caverna. ¿Es que acaso seré yo?

“No hay nada que hacer al respecto”… ¡Soy el ratón!

Yo nunca duermo. Firmemente en la vigilia escribo intentos de cuentos sin mirarme, sutil en la esperanza. ¡Dime quiénes! ¿Quién ocupa mi lugar? ¿Quién da vida a tus mañanas? ¡No te abatiré en la noche! ¡Porque soy el ratón! ¡Lo grito, lo niego! ¿Lo oyes?

Me alimento de recuerdos, especulación, despecho, miradas que no fueron, sonrisas que robaron, moco, tiña, estoy atrapado. En esos brazos. Que no me sienten. Que se acostumbran, que se acomodan. Con otra gente. ¿Saldrás a darme muerte con tu escoba? Sí.

Y correrá la sangre de nuestra historia (que nació sin vida).

jueves, 10 de noviembre de 2011

Anécdota

--¿Te conté que el papá del ex-cuñado de un primo mío se llamaba Enónito?
--No ¿Por qué? ¿Debería interesarme?
--Es que una vez lo acompañé al supermercad-...
--¡Ah! ¡Me cargan los supermercados! ¡Odio el dinero, odio este puto país!
--¡No! ¡Pero calmao!... Lo acompañé al supermercado, poh, y...
--¡Sí, weón, sí, ya dijiste eso!
--¡Oh, el weón denso! ¿Somos amigos o no? ¡Déjame terminar! ¡Te quiero contar una weá graciosa, loco!
--¡Voh no tenís gracia! Por eso no tenís mina, aweonao.
--Igual me he comido más minas que tú...
--Porque tampoco tenís estómago, saco de weas. ¡Ojalá te morái!
--¡Oh, el weón pesao! ¿Me vai a dejar contar la historia o no?
--¡Cuenta tu weá luego, Mierda!
--Estab... ¿Pero por qué me tenís que tratar así? ¡Yo no tengo la culpa de que...
--¿Vai a contar o no?
--¡Ya, weón, ya! Estábamos en el supermercado con él, poh, y el viejo pagó con RedComp-...
--¡Ah, no!... ¡El viejo culiao burgués! ¡Ojalá se muera!
--¡Pero, weón, no me interrump-...!
--¡Prosigue, feo de mierda!
--Puta, y como decía, pagó con RedCompra, poh, ¡y cachái que la cajera le dijo "Don Enanito", poh weón! ...Y se llamaba Enónito, poh, weón... ¡y le dijeron Enanito!
...
¿Buena o no? ¡Bueena! ¿Ah?
--Fome tu weá, hijo de perra. Voh no merecís tu condición humana.
--¡Tu mamá es fome, weón!
--¿Ah, sí? Ya, chao contigo, weón. Uno te lo da todo, compadre, ¡y voh agradecís insultando a mi madre! Chao, no más, chao para siempre.
--Oye, pero no te vayái, weón, somos amigos... ¡Oye! ¡Somos amigos!
...
¡Oye! ¡Oye!
...
...
¡Chucha! ¿Y ahora, qué?
...

miércoles, 17 de agosto de 2011

Les gustaría...

A: ¿Y? ¿Revisaste el contrato nuevo?
B: Sí, señor, parece estar todo en orden esta vez.
A: ¿Seguro?
B: Mmm… sí… tal como pidió la última vez, usted podrá diseñar las cubiertas y portadas de sus libros a todo color… y recibe el 90% del dinero por concepto de ventas y promoción…
A: …Aunque igual ese 90 se podría convertir en un 92,5…
C: Oh, por favor, Gerardo, no te pongas tan difícil… en Ediciones Patito hemos seguido todas tus exigencias… ¡Te queremos en el equipo! Ya hemos negociado durante 4 meses… te pido que hagas un esfuerzo y te unas a nuestra familia…
A: Ay, no sé… acuérdate que me han estado llamando desde Buenos Aires y Barcelona…
C: ¡Por favor! ¡Te ofrecen 10 millones menos! Además, recuerda que nosotros trabajamos con las escritoras más lindas e impresionables del medio local…
A: Ehh, sí… parece razonable… ¡Aunque no sé si me queda tiempo para más mujeres!
B y C: ¡Jajajajajajajaja!
B: ¡Es usted muy gracioso, señor Mallea!
C: Ay, Gerardo… ¡Eres letal! ¡Un día de estos, nos vas a matar de la risa a todos!

A: ¿Y qué hay de los Ferrari que me prometieron la última vez, Duncan?
B: Están estipulados… uno rojo y uno negro, señor.
C: El amarillo no estaba disponible… pero nos comprometemos a tenerlo en un plazo de dos meses…
A: Tú sabes que no me gusta la impuntualidad…
C: ¡Pero la cabaña en Plymouth está lista!
A: No sé, leí sobre otra ciudad que parecía mejor… Kendal creo que se llamaba… pero, bueno…
C: Eso se puede conversar en el futuro... lo importante es que ahora firmes el contrato. Está todo listo.
A: Mmmm… ¿Qué me dices, Duncan?
B: Llegó el momento de firmar, señor, y de pagar mis jugosos 4 meses revisando todos esos contratos de mierda…
A: Bien, entonces firmo aquí… y aquí… listo… y me voy, estoy llegando tarde a mi cita con la presidenta de Noruega…
B: Nos vamos entonces, la limosina nos está esperando. Adiós.
C: Adiós, Gerardo, muchas gracias por todo. Adiós, Duncan.
A: Chao, pescao.

C: Aló, ¿Don Heriberto? ¡Lo conseguí! ¡Hemos dado el golpe!
D: Excelente, camarada. ¡Has salvado a la Editorial!

FIN

martes, 16 de agosto de 2011

Cuático

Soy hombre muerto. Ahí viene. Cagué.

Para qué levantarse del asiento, estoy condenado. Es que nunca puedo tomar el control de mí mismo… quizás debería tomarme las pastillas que encontré el otro día… si no, nadie se las va a tomar y sería un desperdicio, no sé… Para qué fingir que estoy ocupado, si de todos modos va a venir… para qué mirarla, si se va a cruzar delante de mis ojos súbitamente y sin remedio, porque nada malo puede pasarle, porque no tiene culpa de nada, porque lo hizo todo bien. Para qué huir, si es inútil, si va a volver a pasar de todos modos. Mejor la enfrento, mejor la espero con firmeza y asumo la gravedad del presente inexorable… Prefiero ponerme rojo una vez que naranjo treinta veces. No va a ser más de un minuto… y luego tal vez seré libre, o no. No. ¿Y qué? ¿Acaso tengo alguna alternativa? ¡Mierda!

-¡Hola!
-Buenas, ¿Cómo estás?
-¡Súper bien! ¿Y tú? ¡Tanto tiempo!
-Bien…
-¡Oye! Estoy apurada, pero tenemos que vernos un día de estos… ¡Tengo un montón de cosas que contarte!
-¿Ah, sí? ¿En serio? Sí… yo también… bueno, por ahí hablamos con más tiempo… que estés bien…
-¡Chao! ¡Cuídate mucho, te quiero!
-Hasta la próxima… yo igual, nos vemos…

Ya se va. Mierda. Estuvo cerca. Un día de estos, lo dejo todo botado y, qué sé yo… me voy a México… ¡Bravo! Me parece un buen plan… sí, me voy a México...

jueves, 28 de abril de 2011

Blanca

Blanca se parecía mucho a su madre, a quien no conocí bien porque murió joven. A Blanquita en todo caso no le importó; desde que se quedó a vivir conmigo no la volvió a ver. En realidad, nunca tuve claro si a ella le importaba algo más que su propia existencia; sé que a mí sólo me mostraba afecto cuando quería conseguir algo, pero aún así, la quise siempre, le hablaba con cariño, la buscaba y me atreví a considerarla amiga mía. También dormíamos juntos cuando ella quería. Yo le di todo, jamás me pidió nada, yo pensaba en el futuro, yo me preocupaba del presente. Blanca nunca se cuestionó nada o durmió atormentada por terribles dudas, ni se entristeció por el sufrimiento de otro ni tuvo obligaciones. Libre de irse cuando quisiera, no me dejó ni por un día. Me gusta pensar que me quería, que yo significaba algo realmente para ella. Yo la quise mucho, pero también la envidié, porque me gustaba su vida, habría querido yo que algún ingenuo velara por mí y me diera una vida tan fácil. Pero a Blanca no le importaba.

Nos faltó tiempo, y tal vez por eso, creo poder entender su frialdad, y quiero creer que su actitud fue comprensible. Imagino lo que habría sido estar más tiempo juntos: quizás me habría dado alguna muestra de cariño.

Lamentablemente murió joven. Tal como a su madre, la atropellaron, probablemente algún taxista impune, no lo sé, no pude descifrar el asunto. Habría deseado embalsamar a Blanca después de su muerte, pero su estado era tan lamentable que tuve que enterrarla en el patio de atrás simplemente, con crucecita de madera y todo, a modo de lápida. Sobre sus restos, crecieron hermosas flores amarillas, así que la recuerdo todas las semanas, cuando riego el jardín. Buscaré el próximo verano a alguien que pueda sustituirla; tal vez sea demasiado pronto, pero a ella no le habría importado.

lunes, 25 de abril de 2011

La cirugía

-Scotty Boy y Joselito caminaban por senderos inciertos, no sabían a dónde iban, entre aplausos y tropiezos, jugando a saberse únicos y libres, como todos y como nadie. Pero a veces, las almas libres dudan, fallan… y también sufren y pagan el precio de la vida enjaulada, pierden el equilibrio y no hay reacción posible que pueda amortiguar la terrible caída...-

-¡Cuidado, weón!
-AAAAAHHHHHH!!!!
-Oh, ¡Mierda, weón! ¿Tai bien, weón?
-AAAAHHHHHH, AAAAGGHHHH, sí, AHHHH!!!!!!
-¡Oh, weón! ¡Espera! ¡Tu brazo!
-AAAAAaaahh… ¡Chucha!
-¡Weón! ¡Te hiciste mierda!
-Ay… Ah, sí, weón, si caché, tengo el hueso como salido, perro.
-¡Weón! ¡Lo tení terrible afuera! De aquí lo veo...
-Oh, puta, cagué…
-¡Te vai a desangrar, weón! Hay que llamar a Help! y volá.
-¡No, loco! Si mi vieja se entera, nunca más salgo de la casa… De más que tiene arreglo…
-Ya, ¿y como querí arreglarlo?
-Ah, déjame pensar, perro… ¿En tu casa no hay nadie? ¡Podemos ir al taller de tu viejo!
-Pero, ¡Puta, weón, vamos a dejar las bicis aquí!
-¡Da lo mismo, weón, si vamos a estar al frente! ¡Mírame el brazo!
-Ya, weón, vamos al toque, sin llorar. Te levanto… 1, 2, 3, ¡arriba!
-¡Aggggh! ¡Oh, conchetumare, vale! ¡Andando!...
Oh, weón, falta mucho…
Ay, weón…
¡Tengo el codo entero morao!
¡Qué hice, weón!... Oh, abre la puerta, ábrela…
-Ya, weón, ponte ahí en la entrada del taller. Voy a traer alcohol y povidona y weás.


… Ya, weón, ¿Qué querí hacer?
-¿Qué herramientas hay, weón?
-A ver… deja ver… hay… una lija, martillo, alicate… serrucho, esta weá que es pa soldar…
- ¿Y tení máscara pa soldar?
-No, mi viejo la prestó… huincha, taladro, llave inglesa…
-Pico, ya basta… Martíllame el brazo, perro.
-¡Ni cagando, weón, te voy a dejar peor! Mejor llamemos a Help!... Tu vieja igual va a saber…
-¡Porfa, weón, soy tu amigo! Si vi una weá así en la tele y el weón se recuperaba… ¡Porfa!
-Puta, ya, weón, pero no respondo por nada… tú me decí cuándo; estoy listo.
-Apunta acá y cuando yo te diga, martillái hacia arriba.
-Ya, pero sin morirte, weón…
-A la 1, a las 2… ¡y a las 3!

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAA! ¡Chucha, chucha, chucha!
- ¿Tai bien, weón?
-¡Cagué, weón, duele caleta! ¡Conchesumare! ¡Tení sangre en la cara, perro!
-Mira, weón, no se ve el hueso, ¡parece que lo arreglamos!… el brazo está un poco raro, no más.
-Ta un poco más morado, weón, pero si lo tapo no se nota.
-Mmmm… hay que darle algunos meses, pero me tinca que nos fue bien, weón.
-Ya no puedo doblar el brazo, perro… dame un trapo pa' la sangre, y ayuda a levantarme.
-Toma.
-Me voy pa' mi casa, perro.
-Calmao, con ese trapo y esa tabla te voy a entablillar la weá pa que se arregle más luego… ¡Ponlo!
-Ta dormido, weón, no siento nada... jajaja…
-Ya, weón, cambia los trapos en la noche, mantenlo entablillado cuando duermas.
-¿Por qué, weón?
-No sé, así me mejoré del esguince en el dedo del pie, perro.
-Oh, weón, pesa caleta tu tabla, weón… pásame un polerón… mañana te lo pago.
-Te paso el que estoy usando, es lo más grueso que tengo… póntelo.
-Dale… pasa a buscar las bicis, weón, me voy a dormir un rato, ojalá que mi vieja no cache.
-Ya, perro, de ahí llamái y contái qué onda… nos vemos.
-¡Chao!

-Al día siguiente, Scotty Boy le confesó todo a su madre, cuando ésta le preguntó por las misteriosas manchas de sangre que habían aparecido por toda la casa. Los cirujanos tuvieron que implantar 15 pernos (de los que no se encuentran en un taller mecánico) a lo largo de todo el brazo de Scotty para iniciar una larga y dolorosa recuperación. Joselito y Scotty Boy aún son amigos, y se reúnen cada semana a ver los partidos de AC Milan por TV. Ya no andan en bicicleta juntos.- FIN