lunes, 25 de abril de 2011

La cirugía

-Scotty Boy y Joselito caminaban por senderos inciertos, no sabían a dónde iban, entre aplausos y tropiezos, jugando a saberse únicos y libres, como todos y como nadie. Pero a veces, las almas libres dudan, fallan… y también sufren y pagan el precio de la vida enjaulada, pierden el equilibrio y no hay reacción posible que pueda amortiguar la terrible caída...-

-¡Cuidado, weón!
-AAAAAHHHHHH!!!!
-Oh, ¡Mierda, weón! ¿Tai bien, weón?
-AAAAHHHHHH, AAAAGGHHHH, sí, AHHHH!!!!!!
-¡Oh, weón! ¡Espera! ¡Tu brazo!
-AAAAAaaahh… ¡Chucha!
-¡Weón! ¡Te hiciste mierda!
-Ay… Ah, sí, weón, si caché, tengo el hueso como salido, perro.
-¡Weón! ¡Lo tení terrible afuera! De aquí lo veo...
-Oh, puta, cagué…
-¡Te vai a desangrar, weón! Hay que llamar a Help! y volá.
-¡No, loco! Si mi vieja se entera, nunca más salgo de la casa… De más que tiene arreglo…
-Ya, ¿y como querí arreglarlo?
-Ah, déjame pensar, perro… ¿En tu casa no hay nadie? ¡Podemos ir al taller de tu viejo!
-Pero, ¡Puta, weón, vamos a dejar las bicis aquí!
-¡Da lo mismo, weón, si vamos a estar al frente! ¡Mírame el brazo!
-Ya, weón, vamos al toque, sin llorar. Te levanto… 1, 2, 3, ¡arriba!
-¡Aggggh! ¡Oh, conchetumare, vale! ¡Andando!...
Oh, weón, falta mucho…
Ay, weón…
¡Tengo el codo entero morao!
¡Qué hice, weón!... Oh, abre la puerta, ábrela…
-Ya, weón, ponte ahí en la entrada del taller. Voy a traer alcohol y povidona y weás.


… Ya, weón, ¿Qué querí hacer?
-¿Qué herramientas hay, weón?
-A ver… deja ver… hay… una lija, martillo, alicate… serrucho, esta weá que es pa soldar…
- ¿Y tení máscara pa soldar?
-No, mi viejo la prestó… huincha, taladro, llave inglesa…
-Pico, ya basta… Martíllame el brazo, perro.
-¡Ni cagando, weón, te voy a dejar peor! Mejor llamemos a Help!... Tu vieja igual va a saber…
-¡Porfa, weón, soy tu amigo! Si vi una weá así en la tele y el weón se recuperaba… ¡Porfa!
-Puta, ya, weón, pero no respondo por nada… tú me decí cuándo; estoy listo.
-Apunta acá y cuando yo te diga, martillái hacia arriba.
-Ya, pero sin morirte, weón…
-A la 1, a las 2… ¡y a las 3!

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAA! ¡Chucha, chucha, chucha!
- ¿Tai bien, weón?
-¡Cagué, weón, duele caleta! ¡Conchesumare! ¡Tení sangre en la cara, perro!
-Mira, weón, no se ve el hueso, ¡parece que lo arreglamos!… el brazo está un poco raro, no más.
-Ta un poco más morado, weón, pero si lo tapo no se nota.
-Mmmm… hay que darle algunos meses, pero me tinca que nos fue bien, weón.
-Ya no puedo doblar el brazo, perro… dame un trapo pa' la sangre, y ayuda a levantarme.
-Toma.
-Me voy pa' mi casa, perro.
-Calmao, con ese trapo y esa tabla te voy a entablillar la weá pa que se arregle más luego… ¡Ponlo!
-Ta dormido, weón, no siento nada... jajaja…
-Ya, weón, cambia los trapos en la noche, mantenlo entablillado cuando duermas.
-¿Por qué, weón?
-No sé, así me mejoré del esguince en el dedo del pie, perro.
-Oh, weón, pesa caleta tu tabla, weón… pásame un polerón… mañana te lo pago.
-Te paso el que estoy usando, es lo más grueso que tengo… póntelo.
-Dale… pasa a buscar las bicis, weón, me voy a dormir un rato, ojalá que mi vieja no cache.
-Ya, perro, de ahí llamái y contái qué onda… nos vemos.
-¡Chao!

-Al día siguiente, Scotty Boy le confesó todo a su madre, cuando ésta le preguntó por las misteriosas manchas de sangre que habían aparecido por toda la casa. Los cirujanos tuvieron que implantar 15 pernos (de los que no se encuentran en un taller mecánico) a lo largo de todo el brazo de Scotty para iniciar una larga y dolorosa recuperación. Joselito y Scotty Boy aún son amigos, y se reúnen cada semana a ver los partidos de AC Milan por TV. Ya no andan en bicicleta juntos.- FIN

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