martes, 14 de octubre de 2008

Sábado Soleado

La vi partir con él rumbo al oriente
caminando, mano en mano, llena de felicidad;
de pronto ella me miró con ojos indiferentes,
yo la miré también, fingiendo tranquilidad.

Él no tardó en mirarme, esbozando una sonrisa,
me sentí encarcelado, quise correr, huir.
La observé antes de escapar, ella no comprendía,
yo sólo podía entender que la perdí

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