lunes, 16 de julio de 2012

Palabras que decía una mirada oculta

Siempre lo supe:
hoy te vas
sin despedirte, sin mirar atrás.
Está bien.
Acá no pasará nada.
Se preocuparán un poco
pero van a entender,
lo sé.
No sé a dónde irás,
pero te deseo suerte
y que no te pregunten
de dónde vienes.

Tus largas piernas se alejan,
me olvidas,
nos dejas.
¡Corre, vuela, de prisa!
Las rejas oxidadas,
las hojas secas sin barrer,
el caucho hirviente de los neumáticos
de un Chevrolet
te dicen adiós… ¡Adiós!
Siempre lo supe:
estás partiendo
y no estás pensando en mí.

Vas a ser libre,
te van a adorar
allá en el futuro.
Algún bus te llevará lejos
y me olvidarás.
Espero que te quedes allá
y no tengas que volver
llorando, dando explicaciones.
Siempre lo supe:
que eras distinta
que lo bueno no dura,
que algún días tenías que escapar.

Allá en el futuro te esperan
con luces y todo,
y no sé lo que harás,
y no quiero saberlo.
Yo me quedo con la mugre en las uñas,
con el miedo y la fiebre
en la casa de siempre
y más solo que nunca.
Se alejan de mí esos labios de azufre
y ya no los diviso,
¡Tan lejos se han ido!
Siempre lo supe.

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